Estallido Social en Nepal: Protestas por corrupción y desempleo

El ejército nepalí ha sido desplegado en las calles de la capital, Katmandú, para restablecer el orden después de que decenas de miles de manifestantes incendiaran edificios gubernamentales, residencias de políticos y el Parlamento. La movilización militar, un hecho poco común en la nación himalaya, se produce tras días de intensas protestas que han dejado un saldo de 19 personas muertas por disparos de la policía y decenas de heridos. La crisis, que detonó a raíz del bloqueo gubernamental de redes sociales, refleja un profundo descontento de la juventud nepalí ante el alto desempleo y la percepción de corrupción de la élite política.

Las manifestaciones, autodenominadas por sus participantes como la "protesta de la Generación Z", se iniciaron tras la prohibición de plataformas como Facebook, X y YouTube por parte del gobierno. Sin embargo, este bloqueo fue solo la chispa de un malestar más arraigado, centrado en la ira por la falta de oportunidades económicas.

Con un desempleo juvenil que, según informes del Banco Mundial, ronda el 20%, los jóvenes nepalíes acusan a los hijos de la élite política, apodados "nepo kids", de disfrutar de un estilo de vida lujoso a expensas de la población. Esta frustración ha escalado a ataques directos contra líderes políticos y sus propiedades, y el incendio de edificios simbólicos como el Parlamento.

La violencia de las protestas obligó al primer ministro Khadga Prasad Oli a presentar su renuncia, aunque esto no detuvo el caos. La situación empeoró cuando los manifestantes superaron a la policía y se reportaron incidentes como un intento de fuga masiva de la cárcel principal de Katmandú, frustrado por los soldados.

El ejército ha impuesto un toque de queda para tratar de controlar los disturbios, que han incluido saqueos y la destrucción de propiedades privadas, incluyendo oficinas de medios de comunicación y concesionarios de automóviles.

Mientras el país busca una solución a la crisis, el gobierno persiste en su intento de regular las redes sociales con un proyecto de ley que ha sido ampliamente criticado por organizaciones de derechos humanos como un mecanismo de censura.

El presidente Ram Chandra Poudel ha instado a una solución pacífica, pero con las protestas manteniéndose y la desconfianza hacia la clase política en su punto más alto, el futuro de la nación himalaya se presenta incierto.

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