¿Dónde jugará Ñublense esta segunda rueda? Gerente del Rojo habló por el “Caso Cancha”
Nota escrita por: José Tomás Oliva, Periodista Deportivo.
Foto: Comunicaciones Ñublense.
La cancha del Estadio Bicentenario Nelson Oyarzún Arenas, los “verdes pastos de Don Nelson”, se han convertido en el epicentro de un profundo debate y una búsqueda de soluciones a largo plazo. Su superficie de juego, vital para el rendimiento del equipo y la experiencia de la hinchada, muestra signos de deterioro que preocupan a las autoridades, a la propia dirigencia del club y obviamente a los fieles seguidores del elenco chillanejo. La historia que se teje bajo el césped del NOA, con problemas estructurales que se arrastran desde su reinauguración y que hoy exigen una decisión trascendental.
Un problema con raíces antiguas: La perspectiva municipal
Desde la Municipalidad de Chillán, el alcalde Camilo Benavente ha sido claro respecto al diagnóstico. No se trata de un problema reciente, sino de una situación que data desde hace 17 años, específicamente desde el 2 de noviembre del 2008, la inauguración del Estadio Bicentenario. "Nosotros sabemos que la cancha tiene un problema estructural desde el 2008", sentenció el jefe comunal, detallando una de las claves "la capa vegetal tiene 10 centímetros", explicó, añadiendo que la presencia de múltiples especies de pasto, cada una con ciclos de vida y requerimientos hídricos diferentes, conspira contra una uniformidad y calidad óptimas para el fútbol de Primera División.
El resultado de esta combinación es que la cancha "nunca tiene un 7 o un 6" en las evaluaciones de calidad. "Estamos en un 5 y ese es nuestro potencial. Ese es el potencial de la cancha", afirmó Benavente, graficando las limitaciones actuales del campo de juego y los desafíos que se intensifican, especialmente en los meses de verano, donde Chillán bordea los 40° o en invierno cuando los termómetros pueden alcanzar temperaturas bajo cero.
La urgencia desde la visión del club: "No está en buenas condiciones"
La preocupación municipal es compartida, y amplificada, por la dirigencia de Ñublense, Francisco Mardones, Gerente General del club, no oculta su inquietud. "La verdad es que nos preocupa el estado de la cancha. Efectivamente, no está en buenas condiciones, está a la vista de todos", sentenció Mardones, añadiendo que hace "muchos años que no se veía así la cancha". Este visible deterioro es un factor que impacta directamente en el juego que busca plasmar el cuerpo técnico liderado por Ronald Fuentes, un juego de mucha posesión y pressing. De hecho, el DT del Rojo confesó que no han podido realizar practicas de fútbol en el Nelson Oyarzún.
Ante la situación, la acción fue inmediata. "Ya comenzamos. Tuvimos una reunión con el alcalde para comenzar a trabajar y ver de qué forma podemos gestionar, ayudar nosotros y hacer un trabajo mancomunado para poder recuperar el Nelson Oyarzún", reveló Mardones, subrayando la voluntad de colaboración que impera entre el club y el municipio.
El gran dilema: ¿Renovación total o mantenimiento integral?
Sobre la mesa, se barajan principalmente dos opciones de alto impacto. La primera y más ambiciosa es la reconstrucción completa de la cancha, un proyecto que implicaría una inversión considerable. "El monto en recurso es muy alto, es bastante alto", indicó Mardones. El alcalde Benavente precisó la cifra: una nueva cancha híbrida tendría un costo cercano a los 750 millones de pesos, incluyendo una capa vegetal de 80 cm y la incorporación de fibras sintéticas. Es decir, una cancha moderna, estilo europeo. En Chile se sumó a esta tendencia deportiva el Estadio Nacional y el nuevo Claro Arena, el flamante y renovado estadio de la Universidad Católica, que justamente tendrá el privilegio futbolístico de debutar en el duelo entre la UC y Ñublense el 10 de agosto.
Sin embargo, esta solución ideal viene con un costo operativo importante: "Para mejorar la cancha hay que parar el estadio por 10 meses", advirtió el alcalde. Un lapso de tiempo que el propio Benavente reconoce que tendría "una repercusión importante" tanto para la ciudad como para el club.
La segunda opción, considerada más viable en el corto plazo por la dirigencia de Ñublense, es una "mantención integral completa". Esta profunda intervención incluiría resiembra y el uso de maquinaria especializada. La ventaja clave, según Mardones, es la sincronización de los tiempos. "Eso calza también con un tiempo en que nosotros jugamos 3 partidos de visita y también está entre medio la para del fútbol chileno, entonces eso permitiría, con las condiciones climáticas del tiempo en esas fechas, que la cancha se pudiese recuperar", explicó el gerente.
Recordemos que Ñublense jugará 3 partidos como forastero, luego de enfrentar el 31 de agosto a la Unión Española en Chillán, los Diablos Rojos jugarán 3 partidos seguidos como forastero versus Coquimbo Unido, Deportes La Serena y Unión La Calera, volviendo a disputar un partido en la capital regional de Ñuble el día 2 de noviembre, frente al Cacique. Es decir, la “Parcela de Don Nelson” no verá acción futbolística durante 64 días, un tiempo prudente para recuperar la cancha.
Esta mantención integral permitiría tener el gramado en condiciones óptimas para los últimos 3 partidos que Ñublense jugaría de local –contra Colo Colo, Huachipato y Cobresal–, encuentros que serán importantísimos en la fase final de La Liga de Primera. "Sería lo idóneo para poder enfrentar de mejor manera la última 3 fechas que van a ser importantísimas", enfatizó Mardones. Además, el alcalde recordó que un trabajo similar en mayo de 2023 mantuvo la cancha en buen estado durante 2024 (excepto el verano).
Un compromiso mancomunado y un precedente histórico
La disposición a colaborar por parte de Ñublense es total. "La disposición nuestra a colaborar y llevar siempre ha estado, hay una muy buena comunicación con la gente del municipio, con el alcalde", aseguró Mardones. El objetivo es claro para ambas partes: "nos interesa ver el estadio del recinto en óptimas condiciones, sobre todo para el juego que necesitamos".
Un antecedente que podría influir en la decisión sobre un eventual cierre prolongado es la experiencia de 2020. Durante la pandemia, el "Rojo" disputó gran parte de la temporada de Primera B en el Estadio Huachipato CAP Acero de Talcahuano, donde, curiosamente, tuvo un desempeño notable: jugó 9 encuentros sin conocer la derrota, con 8 victorias y 1 empate, sellando su campaña como campeón y ascendiendo a Primera División, donde el club está viviendo su estadía más prolongada en la División de Honor del balompié criollo.
La decisión final, que incluirá la evaluación del municipio, las conversaciones entre el alcalde Benavente, los dirigentes de Ñublense, Sergio Gioino, Francisco Mardones y el DT del Rojo, Ronald Fuentes, se tomará en las próximas semanas. Se trata de un paso crucial para asegurar que el Nelson Oyarzún siga siendo el escenario digno de las grandes batallas futbolísticas y el orgullo de Chillán.
Y por qué no, ser -considerada por muchos- la mejor cancha del país, como lo fue en algún momento ese Mítico Nelson Oyarzún que estaba orientado de cordillera a mar…