Mala calidad del aire en gimnasios: conozca los riesgos para la salud
Con la llegada del verano y el aumento del público en estos espacios acondicionados para hacer ejercicio, especialistas advierten que estos recintos pueden concentrar microorganismos y contaminantes que afectan la salud, el rendimiento físico y el bienestar, desde bacterias y hongos hasta virus capaces de permanecer horas en el aire.
En el verano aumenta la asistencia a los gimnasios como actividad de preparación física y ejercicio para las fiestas de fin de año y las anheladas vacaciones.
Conscientes de esta tendencia propia de la época estival, algunos especialistas advierten que este tipo de espacios, especialmente cuando son cerrados o con alta afluencia de público, pueden afectar la salud y el bienestar de los deportistas.
De hecho, son las mismas personas el principal foco de contaminación: al hacer ejercicio, el cuerpo origina secreciones como el sudor y el contacto físico frecuente con superficies a través de las manos, permiten que se transporten gérmenes con mayor facilidad a equipos y materiales como pesas, mancuernas, colchonetas y barras, ya que crean un ambiente cálido y húmedo ideal para la proliferación de bacterias y hongos. Otras fuentes de contaminación son los vestuarios, duchas y áreas húmedas.
Según explicó la bióloga María Cecilia Guzmán Bistoni, jefa de Inocuidad y Validaciones de Airlife, empresa con más de 25 años de trayectoria, expertos en soluciones de purificación y sanitización del aire en ambientes cerrados, sin químicos, “diversos estudios científicos evidencian que las bacterias son el grupo de gérmenes mayoritario. Por ejemplo, la bacteria estafilococo habita en la piel y nariz de las personas pudiendo causar desde diversas infecciones en la piel y en otros órganos de las personas. Se transmite principalmente por el contacto directo con una persona infectada, tocando superficies u objetos contaminados como toallas o ropa, o a través de la inhalación de gotitas que transportan la bacteria. Otras bacterias que se han encontraron son los enterococos, Salmonella, entre otros. Pueden causar foliculitis, infecciones en la piel, del tracto urinario y otras infecciones”.
Además, añadió que “los hongos son mayoritarios en zonas húmedas de los gimnasios, como duchas, entre ellos, los responsables de causar infecciones conocidas como la tiña y el pie de atleta, también se detectan mohos capaces de provocar alergias e irritaciones respiratorias”.
Por otro lado, las investigaciones demuestran que diversas infecciones virales, como el resfriado común, la gripe, el COVID-19 y el virus respiratorio sincicial, pueden persistir en el aire de un gimnasio cerrado durante horas.
“Estos efectos por la mala calidad del aire van más allá de las molestias temporales. Muchos estudios revelan que se pueden presentar problemas como menor absorción de oxígeno, lo que provoca fatiga rápida y reducción de la resistencia, dolores de cabeza, mareos y confusión mental debido al CO₂ elevado, irritación respiratoria y tos, especialmente durante sesiones de cardio, disminución de la función inmunológica por exposición prolongada a contaminantes interiores y empeoramiento del asma y alergias, provocadas por polvo fino o esporas de moho”, agregó la especialista.
Es por ello es clave que los administradores de gimnasios o recintos cerrados donde se practica actividad física conozcan los riesgos asociados a la calidad del aire, para implementar medidas como una ventilación adecuada, monitoreo periódico y protocolos de higiene y sanitización coherentes con la ocupación del recinto.
“El aire interior es parte fundamental de la salud de las personas. En espacios donde se respira más rápido y más profundo, como los gimnasios, la atención debe ser aún mayor. La calidad del aire en este tipo de recintos no es solo un tema de mantenimiento, es fundamental para la vida deportiva. Con la ayuda de un buen sistema de purificación y sanitización, pueden convertirse en lugares verdaderamente saludables que apoyen cada repetición, cada respiración y cada meta”, concluyó Guzmán.